La Universitat Internacional de Catalunya (UIC Barcelona) y la Fundación DPMC han celebrado el 9º Simposio de la Cátedra Dirección por Misiones y Propósito Corporativo de UIC Barcelona, bajo el título Human Flourishing a través del Propósito. El encuentro, celebrado en la Fundación
Botín, ha pretendido crear un espacio de reflexión conjunta en torno a algo de lo que se viene hablando desde hace tiempo, el propósito. 

“Cada vez es mayor el esfuerzo de las instituciones y las empresas por conectar el propósito corporativo con el desarrollo social y el propósito personal de sus equipos”, explican los organizadores, que dieron paso en el
encuentro a intervenciones de distintos ponentes, que compartieron sus reflexiones en torno lo que significa y supone trabajar desde el propósito personal alineado con
el propósito corporativo. 

En este sentido, Jorge Barranco, vicepresidente de Iberia Aliaxis, considera que “trabajar desde el propósito se está traduciendo, poco a poco, cada vez más, en mejores resultados empresariales”, pero en su opinión, en España, la colaboración universidad-empresa que debe darse, aún tiene mucho recorrido de mejora. Para Barranco, la universidad podría mejorar su puesta a disposición al servicio del
mercado para crear soluciones más sostenibles, pero para ello, “la universidad debe retar el status quo de la empresa, y viceversa”, resaltó. 

Barranco continuó su intervención explicando lo que para él es el Human Flourishing, que es sentirse pleno, con un lugar en el mundo, con un porqué que nos permitirá dejar un legado. Para ello, en su opinión, es necesario trabajar el autoconocimiento ya autoestima, porque el human flourishing da sentido a la vida. “Y a ese florecimiento, universidad, administraciones y empresas pueden y deben ayudar”, concluyó. 

Por su parte Lasse Wrennmark, socio fundador de Compannions for Leadership, considera que tras el periodo de hiperglobalización que acabamos de concluir
estamos en plena transición hacia un nuevo sistema, en el que la sabiduría y el propósito es lo que nos permitirá crear soluciones que nos permitan avanzar. Según Wrennmark, en un contexto de ‘permacrisis’, que es en el que vivimos, muchas empresas hablan de cuidar a su gente, pero se queda en palabras, pues aún es algo que no se manifiesta en las organizaciones. “La gente lo oye, pero no lo interioriza”,
explicó.

La solución, para Wrennmark, poner en el centro del ojo del huracán, rodeado de turbulencias, nuestro propósito. “Y es que un buen líder tiene que tener claro su propósito en la toma de decisiones, así como tener capacidad de entender el
contexto y la complejidad, y tomar decisiones de forma rápida y en conjunto”, explicó.

Así, según Wrennmark, el marco sabiduría-liderazgo se puede crear para acceder a la sabiduría interna y enriquecerla con la externa, “crear una sabiduría colectiva, en definitiva”. 

A continuación, Carlos Rey, fundador de DPMC y codirector de la cátedra en UIC Barcelona, habló de lo que es un propósito sostenible. “Un propósito sostenible es el
que conecta cabeza, corazón y manos”; explicó para resaltar que “ante lógicas distintas, un propósito sostenible nos ayuda a equilibrar e integrar, a armonizar esas diferentes lógicas, compatibilizando realidad, empatía y visión. 

Progreso humano: ¿espejismo u oportunidad?

Bajo el interrogante sobre si el progreso humano es un espejismo o una oportunidad, arrancó una mesa redonda que contó con la presencia de Pedro Javier Armentia,
presidente de Creas; Andrea Sánchez Elía, directora corporativa de Sostenibilidad de Grupo IF; Elvira Arango, directora corporativa de Liderazgo y Cultura de MAPFRE; Marta Lozano, directora Marketing Global de Castrol, y
Miquel Bastons, codirector de la cátedra de UIC Barcelona, que ejerció como moderador del debate. 

Durante la mesa redonda, se debatió sobre cuál es el objetivo de la empresa. “¿Solo ganar dinero?”, se planteó. Socialmente esa es la concepción, según Bastons, “por lo que, para muchos, eso del propósito compartido es una ilusión”, señaló, poniendo sobre la mesa su posición acerca de que esa pregunta la deben contestar los empresarios, no los académicos.

De este modo, el objetivo de hacer florecer a sus equipos no debe ser tomado como “una carga más”, sino como una oportunidad. 

“Y ese hacer florecer está muy relacionado con cuidar”, resaltó Elvira Arango, para quien el primer reto de un líder es saber cuidar a sus equipos. En esta misma línea,
Marta Lozano señaló ser partidaria “de eso mismo, de hacer crecer, en mi caso, apoyándonos en lo digital y en la sostenibilidad”. Por su parte, Pedro Javier
Armentia explicó su apuesta por integrar la visión de dos mundos aparentemente dispares, las inversiones y las soluciones a problemas de la sociedad. “Una inversión
puede tener impacto para construir un mundo mejor”, destacó. Y es que para Armentia una empresa puede ganar dinero haciendo cosas con sentido social, lo
que, además, le supone una ventaja competitiva. 

Tras el paréntesis del almuerzo, Pablo Cardona, decano de la Facultad de Empresa y Comunicación de la UNIR, hizo un repaso al concepto de human flourishing a lo largo de la historia, desde que se comenzara a hablar de él hace
siglos, hasta el proyecto de Harvard en torno a este concepto iniciado en 2017.

Tras Cardona, los asistentes pudieron disfrutar de un taller-experiencia en torno a la idea del amor en la empresa, de la mano de Mayte Márquez, directora de DPMC Consultoría.

 
Y para terminar, Pablo Parra, director general de Vemare, animó a todos a “que nos contagiemos unos a otros, dejando la mochila para que florezca todo”. Y es que,
para Parra, “para querer hay que conocer, por lo que hay que buscar conversaciones profundas”.

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