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Las tres dimensiones en la implementación efectiva de la misión

9 Diciembre 2019



“La misión ha sido implementada en mi compañía, pero no he observado ningún cambio, ¿por qué? ¿qué ha ido mal? ¿ha sido efectiva? El siguiente artículo pretende clarificar estas preguntas y explicar como realizar una efectiva implementación de la misión.

La misión es una herramienta importante para la implementación de estrategias, pero en muchas empresas, hay serias dificultades para ponerla en práctica a causa de la falta de motivación relacionada con la misión. ¿Por qué? Debemos tener en cuenta las tres dimensiones en el desarrollo de la misión: la formal, la dinámica y la motivacional. Tres dimensiones a tener en cuenta para una implementación eficaz de la misión que se traducen en: autenticidad, coherencia e integridad.

La dimensión formal de la misión representa el conocimiento explícito que los miembros de una organización tienen de su propia misión. Es la esencia del «por qué» generalmente explicado en la misión corporativa.

La dimensión dinámica de la misión refleja el cumplimiento de la misión, es decir, cómo se lleva a cabo en la práctica. Por lo tanto, lo que importa en la misión dinámica es en qué medida o cómo la empresa cumple su misión formal.

La dimensión motivacional de la misión es la motivación prosocial vinculada a la misión, la comprensión del «por qué» de una organización vinculada a los motivos personales. Se traduce en términos de «satisfacción del cliente», «contribución a la sociedad» o «desarrollo de empleados».

La naturaleza tridimensional unitaria de una misión plantea la cuestión del «ajuste» o la coherencia y la no contradicción entre las diversas dimensiones. Identificamos tres formas de consistencia.

La primera es entre la misión formal y motivacional, el ajuste entre lo que la empresa afirma como su misión y lo que realmente motiva a sus miembros (lo que la empresa «dice» que quiere y lo que sus miembros «verdaderamente» quieren). En este sentido, podemos decir que determina la «autenticidad» de la misión. Podemos referirnos a una misión como auténtica cuando es «real» en el sentido de que es «verdaderamente» vivida por los individuos.

La segunda forma de coherencia es entre la dimensión motivacional y la dinámica de la misión o el ajuste entre lo que realmente motiva a las personas y lo que realmente hacen en su práctica diaria (operaciones y procesos). Esta forma de coherencia le da a la misión «integridad«.

Por último, la coherencia entre las misiones dinámicas y formales define la coherencia de la misión, es decir, el grado de alineación entre lo que se hace en la práctica (misión dinámica) y lo que la empresa declara como su misión (misión formal).

Se puede tener el verdadero conocimiento de lo que es una misión sólo cuando se considera el ‘modelo’ completo con las tres dimensiones definidas, alineadas y practicadas.

 

 

DPMC le ayudará a realizar una implementación complete y efectiva de su mission, generando los cambios culturales para mejorar la unidad y el beneficio, midiendo en todo momento los objetivos y beneficios alcanzados.

 

Resumen del artículo de Carlos Rey y Miquel Bastons publicado en LPR Elsevier, agosto 2017.
Acceso al artículo completo en:
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0024630117300109